martes, 29 de enero de 2008

el mundo de las sombras


es en realidad más real que el mundo de las certezas. Las apariencias, desde la conocida inversión nietzscheana del platonismo ya no son tanto apariencias como certezas, quedando relegadas estas certezas empíricas al ámbito de lo secundario (la caverna se ha dado, como un calcetín -no del tdodo limpio...- la vuelta): pero no, no es esto, sino más bien que ambas tienen el mismo estatuto, pertenecen con iguales derechos (y deberes) al mundo de lo real, de lo que compartimos y de lo que nos separa. Fondo y figura, fondo con figura, fondo-figura... y todo ello en el espesor profundo, pero difuso, de la pantalla retroiluminada. JVC (y RaSaCa, claro, ¿quien si no?)

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